julio 05, 2006

No les creo nada

Por Luis Carlos Plata
SALTILLO, COAH

VANGUARDIA).- A 15 de años de su conformación, veo a un IFE como apéndice del Gobierno Federal, cada vez más enfocado en representar los intereses de los partidos políticos y sus respectivos candidatos, y no en proteger el derecho al voto de la ciudadanía
En honor a la verdad, minutos después del segundo debate entre los candidatos a la Presidencia de la república, celebrado el pasado 6 de junio, una mesa de análisis transmitida por Televisa con los dirigentes nacionales de los partidos en competencia, sembró en mí una duda que a la fecha persiste.

En el mencionado post debate, un furibundo Manuel Espino, presidente nacional panista, intentaba persuadir por todos los medios a los demás dirigentes en general, pero a Leonel Cota en particular, a la sazón presidente nacional del PRD, de que aceptase los resultados del 2 de julio y no sólo eso, sino que firmara lo anterior en cadena nacional mediante un pacto de civilidad, digamos, post electoral.

La actitud del panista me pareció sospechosa. Tanta insistencia mueve a reflexión y no deja de generar suspicacias.

En relación a lo sucedido el 2 de julio, me parece digno de análisis que si de 32 estados de la república, AMLO ganó 16, entre ellos el Estado de México, DF y Veracruz, los tres principales en el padrón electoral; además de aquél donde se obtuvo un mayor porcentaje de participación: Tabasco, en ningún momento y por ningún motivo haya aparecido por encima de Felipe Calderón en los porcentajes del PREP. Vamos, suponiendo sin conceder que efectivamente la ventaja de alrededor de 400 mil votos para Felipe Calderón fuera cierta, en algún momento y debido a los conteos de las actas tuvo que tomar necesariamente la delantera López Obrador, cosa que en el transcurso del PREP, nunca ocurrió.

Y es que, ¿cómo confiar en instituciones electorales como el Trife, cuando el presidente del organismo, Eloy Fuentes, renuncia días antes de iniciar la contienda? ¿Cómo ponernos en manos de la Fepade (Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales) cuando ésta aún conserva congelada la resolución iniciada hace tres años por una grabación oculta de TV Azteca Saltillo, en la colonia Zaragoza y en contra de la lideresa María Herrera por la coacción y compra del voto?

Por supuesto que es mejor tener un organismo público autónomo, como lo es el Instituto Federal Electoral, que uno dependiente de la Secretaría de Gobernación como el que existía antes de 1991. Sin embargo, a 15 de años de su conformación, veo a un IFE como apéndice del Gobierno Federal, cada vez más enfocado en representar los intereses de los partidos políticos y sus respectivos candidatos, y no en proteger el derecho al voto de la ciudadanía.

Bajo un escenario así, difícilmente el instituto actuará para garantizar a los ciudadanos contra cualquier fraude electrónico que pudiera presentarse, principalmente, en el sistema de resultados preliminares.

Es prácticamente imposible detectar cualquier irregularidad en los programas de cómputo electrónico, y más aún, impugnarla. En ese sentido, me parece patética la extorsión moral que realiza el IFE en relación a que, si ellos, un organismo ciudadano, incapaz de matar una mosca, otorgan un resultado, sea el que sea, éste debe aceptarse sin chistar “por el bien de México y su democracia”, aunque a todo mundo le quede la duda.

En relación a lo anterior, voy a relatar una situación en particular: la madrugada del lunes 3 de julio, mientras seguía con expectación los avances del PREP desde mi ordenador personal, por curiosidad, abrí la página de Internet del IFE e ingresé el número de sección que me corresponde para obtener los resultados electorales en mi casilla.

Para sorpresa de quien esto escribe, en el renglón de diputados aparecía en ceros —y sigue apareciendo, puesto que los números todavía están disponibles on line— el apartado referente a votos nulos.

Una simple minucia: convencido de que las propuestas presentadas en mi distrito fueron paupérrimas, cuando no inexistentes, anulé mi voto. ¿Entonces? ¿Fraude cibernético?, ¿Los funcionarios escrutadores capacitados por el IFE no contabilizaron correctamente mi sufragio? ¿O será acaso que mi voto nulo fue a parar a las arcas de Yericó, el candidato ganador?


Cortita y al pie

Debido a la serie de acontecimientos que a partir de los “videoescándalos” han ocurrido en contra de López Obrador, es francamente previsible el resultado de la contienda electoral: posiblemente hoy miércoles, o mañana, o una semana después, eso es lo de menos, un eufórico Luis Carlos Ugalde levantará la mano del candidato panista —cual si se tratase de una pelea de box— y ambos firmarán encima de un yunque instalado para la ocasión un acta espuria que acredite a éste último como el próximo Presidente de México.
Ni hablar, así es la democracia.

La última y nos vamos

Discúlpenme pero yo, no les creo nada. Es todo.
carlos_plata01@hotmail.com