Avanza el "voto por voto"
La tesis de un recuento de los votos emitidos el 2 de julio en la elección presidencial ya empezó a ser analizada por los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Reportes internos del tribunal indican que de los siete magistrados que calificarán los comicios y resolverán las impugnaciones, dos se inclinan por un conteo total de los sufragios, dos más creen que sólo debe haber un recuento parcial de cierto número de casillas, y tres aún no definen una posición al respecto y piden analizar más a fondo las impugnaciones del candidato Andrés Manuel López Obrador .
Y aunque falta todavía para que el tribunal defina, por votación de sus integrantes, la respuesta que daría a la petición de la coalición Por el Bien de Todos, hay indicios claros de que la posibilidad de abrir los sobres que contienen los votos ya comenzó a debatirse entre los magistrados y el que cuatro de ellos consideren posible el recuento, aunque difieren sobre el tamaño del mismo, demuestra que permean los argumentos, y quizás también la presión callejera, de López Obrador.
Porque también fuera del tribunal hay hechos que refuerzan la idea de que la consigna del "voto por voto" gana terreno. El ánimo de preocupación que se percibe en el cuartel de Felipe Calderón tiene que ver con un cambio urgente de la estrategia del panista, a partir de que los sorprendió la dimensión que tuvo la movilización de López Obrador el domingo pasado.
De hecho, Calderón había programado para esta semana unas vacaciones con las que él y su equipo habían acordado dar tiempo al fallo del tribunal y salirse de la confrontación directa con Andrés Manuel, a quien pretendían "dejar solo en el ring" para que "se peleara solito con el mundo". Eso decidieron la semana pasada, pero después del domingo las cosas cambiaron para el equipo calderonista.
Felipe y sus estrategas no sólo cancelaron las vacaciones, sino que decidieron "entrarle al toro"; la agenda del panista para esta semana se replanteó totalmente y está llena de eventos en los que Calderón volverá a asumirse como "virtual ganador" de la elección presidencial. Ayer se reunió con el Consejo Interreligioso, que agrupa a las 10 religiones más fuertes en el país, y sostuvo un encuentro con el presidente de la OCDE, José Ángel Gurría . Para hoy tiene varios encuentros con dirigentes y organismos sindicales.
Después de ver el tamaño de la convocatoria que logró el domingo López Obrador, en el equipo de Calderón cambiaron su estrategia de "bajarse del ring" y decidieron que no le dejarán el escenario solo al perredista.
Pero, por ahora, todo indica que la partida mediática se las va ganando López Obrador, y la mejor prueba de que el perredista ha hecho avanzar su exigencia del "voto por voto" es que ya anoche, el propio Felipe decía que no estaba dispuesto a aceptar chantajes, pero tampoco le tenía miedo a "un conteo parcial de los votos".
Notas indiscretas. Mientras Cuauhtémoc Cárdenas se pasea quitado de la pena por las islas griegas, aquí López Obrador lo alude una y otra vez. "Yo no soy Cuauhtémoc ", les ha dicho en corto a sus colaboradores. "Confíen en mí, yo no los voy a traicionar", les dijo el domingo, en pleno mitin, a sus miles de seguidores. Esa necesidad, casi obsesión, de Andrés Manuel por distinguirse del ingeniero, tiene que ver, dicen sus colaboradores, con un episodio que el propio tabasqueño vivió al lado de Cárdenas en el histórico 88. En el apogeo de su protesta contra el fraude, Cuauhtémoc llenó con 150 mil seguidores el Zócalo y ahí, en pleno acto apoteósico, el ingeniero tuvo que interrumpir su discurso ante un grito casi a una sola voz de la masa: "¡A Palacio!, ¡a Palacio!, ¡a Palacio!", gritaban los cardenistas a su líder. El ingeniero se quedó petrificado ante lo que pedían sus seguidores. Fue la última manifestación multitudinaria que encabezó.
Después vendría la conversación con Carlos Salinas y la decisión de parar el movimiento para crear un nuevo partido. Todo eso lo vivió de cerca López Obrador. Por eso dice que él no es como Cuauhtémoc. Sigue la Serpiente. Volvemos a tirar.
Y aunque falta todavía para que el tribunal defina, por votación de sus integrantes, la respuesta que daría a la petición de la coalición Por el Bien de Todos, hay indicios claros de que la posibilidad de abrir los sobres que contienen los votos ya comenzó a debatirse entre los magistrados y el que cuatro de ellos consideren posible el recuento, aunque difieren sobre el tamaño del mismo, demuestra que permean los argumentos, y quizás también la presión callejera, de López Obrador.
Porque también fuera del tribunal hay hechos que refuerzan la idea de que la consigna del "voto por voto" gana terreno. El ánimo de preocupación que se percibe en el cuartel de Felipe Calderón tiene que ver con un cambio urgente de la estrategia del panista, a partir de que los sorprendió la dimensión que tuvo la movilización de López Obrador el domingo pasado.
De hecho, Calderón había programado para esta semana unas vacaciones con las que él y su equipo habían acordado dar tiempo al fallo del tribunal y salirse de la confrontación directa con Andrés Manuel, a quien pretendían "dejar solo en el ring" para que "se peleara solito con el mundo". Eso decidieron la semana pasada, pero después del domingo las cosas cambiaron para el equipo calderonista.
Felipe y sus estrategas no sólo cancelaron las vacaciones, sino que decidieron "entrarle al toro"; la agenda del panista para esta semana se replanteó totalmente y está llena de eventos en los que Calderón volverá a asumirse como "virtual ganador" de la elección presidencial. Ayer se reunió con el Consejo Interreligioso, que agrupa a las 10 religiones más fuertes en el país, y sostuvo un encuentro con el presidente de la OCDE, José Ángel Gurría . Para hoy tiene varios encuentros con dirigentes y organismos sindicales.
Después de ver el tamaño de la convocatoria que logró el domingo López Obrador, en el equipo de Calderón cambiaron su estrategia de "bajarse del ring" y decidieron que no le dejarán el escenario solo al perredista.
Pero, por ahora, todo indica que la partida mediática se las va ganando López Obrador, y la mejor prueba de que el perredista ha hecho avanzar su exigencia del "voto por voto" es que ya anoche, el propio Felipe decía que no estaba dispuesto a aceptar chantajes, pero tampoco le tenía miedo a "un conteo parcial de los votos".
Notas indiscretas. Mientras Cuauhtémoc Cárdenas se pasea quitado de la pena por las islas griegas, aquí López Obrador lo alude una y otra vez. "Yo no soy Cuauhtémoc ", les ha dicho en corto a sus colaboradores. "Confíen en mí, yo no los voy a traicionar", les dijo el domingo, en pleno mitin, a sus miles de seguidores. Esa necesidad, casi obsesión, de Andrés Manuel por distinguirse del ingeniero, tiene que ver, dicen sus colaboradores, con un episodio que el propio tabasqueño vivió al lado de Cárdenas en el histórico 88. En el apogeo de su protesta contra el fraude, Cuauhtémoc llenó con 150 mil seguidores el Zócalo y ahí, en pleno acto apoteósico, el ingeniero tuvo que interrumpir su discurso ante un grito casi a una sola voz de la masa: "¡A Palacio!, ¡a Palacio!, ¡a Palacio!", gritaban los cardenistas a su líder. El ingeniero se quedó petrificado ante lo que pedían sus seguidores. Fue la última manifestación multitudinaria que encabezó.
Después vendría la conversación con Carlos Salinas y la decisión de parar el movimiento para crear un nuevo partido. Todo eso lo vivió de cerca López Obrador. Por eso dice que él no es como Cuauhtémoc. Sigue la Serpiente. Volvemos a tirar.
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