julio 26, 2006

Calderón, ilegítimo


Al ser uno de los principales responsables de la polarización de la sociedad mexicana durante el proceso electoral que concluyó con los comicios del pasado 2 de julio, resulta lamentable que el candidato panista Felipe Calderón Hinojosa ahora se oponga a la legítima petición de su homólogo de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, de realizar el conteo voto por voto, casilla por casilla.

Si bien es cierto que México es un país de instituciones y que la determinación final correrá por parte de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a final de cuentas y a diferencia de como hoy lo expone, el más interesado en legitimar y ratificar su triunfo sería el propio Calderón Hinojosa, quien en una muestra de estadista debería ceder terreno a la propuesta del voto por voto.

A pesar de las posturas asumidas por ambos bandos, la determinación la tomará el TEPJF y habrá que estar atentos a la decisión de los siete magistrados de la Sala Superior, porque de nada serviría no validar la elección y, en consecuencia, anularla, cuando en una inminente y natural segunda vuelta el partido en el gobierno impondría al presidente interino, y para colmo de males, el árbitro de la nueva contienda sería exactamente el mismo.

Con el fantasma del 88 todavía a cuestas y sin olvidar lo difícil y caro que nos ha resultado a los mexicanos nuestra joven democracia, resulta impensable que en lo que a todas luces parece un mero acto de transparencia, las autoridades electorales pudieran empeñarse en no garantizar una elección inmaculada y por el contrario, respondieran a los intereses de un partido político al que le bastaron seis años para superar lo que en 70 hicieron sus antecesores.

La sabiduría popular rara vez se equivoca y hoy en día son varias las voces que ya se preguntan por qué si Felipe Calderón está tan seguro de su triunfo en las urnas, se niega al conteo voto por voto, casilla por casilla, con argumentos tan endebles como es el decir que eso no corresponde a los candidatos, según lo estableció en la carta que le envió a López Obrador para responder la primera de éste y reiterar su negativa al conteo.

Es cierto, ya lo dijimos al menos en dos ocasiones en este mismo espacio, la decisión no será de los candidatos ni de los partidos, pero tanto unos como otros están en la posibilidad y en la obligación moral de transparentar su posible triunfo, después de todo, sea Calderón o López Obrador el próximo presidente de la República, tendrán la necesidad de sanar las cicatrices ideológicas de millones de mexicanos que no votaron por él.

Sin embargo, la postura evasiva del panista para transparentar la ventaja que le dio el conteo del IFE, deja más preguntas sin respuesta que heridas sanadas, pues mientras por un lado se presenta como un producto de la naciente democracia mexicana, por otro se muestra intolerante ante los cuestionamientos de varios sectores de la sociedad, incluidos los de la prensa, e peor aún, autoritario como varios de sus compañeros de partido, se autodenomina y pide que le llamen presidente electo, cuando no lo es.

En su oportunidad, fue el propio López Obrador quien aseguró que lo que está en juego es la estabilidad política del país en el futuro y no se equivoca, pues el tratar de imponer a un presidente de la República mediante un proceso electoral viciado nos llevará a los mexicanos a un desencuentro social que en lo sucesivo pudiera tener costos altísimos.

En este caso, los colimenses ya vivimos una experiencia similar con la elección de 1997, cuando luego de una acalorada campaña electoral por la gubernatura del Estado entre el panista Enrique Michel Ruiz y el priísta Fernando Moreno Peña –a la postre gobernador– la sociedad quedó dividida, con saldos que hasta hoy en día siguen cobrando facturas.

Así pues, apelando a la responsabilidad de los actores políticos y por el bien de todos, lo conveniente sería que el TEPJF determinara la no validez de la elección y por el contrario, en un acto de sana transparencia autorizara el conteo voto por voto, a final de cuentas ese argumento trillado de que fueron miles de ciudadanos los que ya hicieron el conteo, no garantiza pos sí mismo, ni por su naturaleza, una elección limpia.

ÁNGULOS.- Según se dio a conocer, el diputado federal plurinominal por Colima, el priísta Arnoldo Ochoa González, es uno de los inconformes con la designación de Emilio Gamboa Patrón como coordinador de la bancada tricolor en San Lázaro. Y es que, según ha trascendido, El Güero Ochoa ya es identificado como un diputado afín a Héctor Hugo Olivares Ventura. Así pues, junto con la legisladora Arely Madrid, el ex gobernador de Colima pidió que la convocatoria fuera modificada para permitir que los aspirantes a la coordinación externaran sus planteamientos para ocupar el cargo. engarbadillo@hotmail.com