julio 14, 2006

La democracia está llorando


Por Noé Becerra

Quien esto escribe, no creé honestamente que lo que ocurre a partir del sexenio Foxista, sea producto distintivo de una verdadera democracia. No creé que lo ocurrido para transitar hacia un verdadero cambio, requiera de un parto tan doloroso y cruel como el que ha padecido la Patria en estos últimos años. Tampoco es admisible que para llegar a gozar de la democracia, tengamos que acostumbrarnos a tanta innecesaria vergüenza nacional de que los actores políticos se descalifiquen, se humillen, se pierdan el respeto, que descubran ante su público los horrores que como seres humanos llevan guardados en lo mas íntimo de su negra alma y se vean precisados a exteriorizarlos para lograr sus ambiciones mas reprobables. La democracia no es eso.

Desde que Fox aparece en el escenario nacional, -incluso con sus orejas de burro en un informe del Presidente Salinas protestando como Diputado Federal por lo que él creía era un fraude en Guanajuato-, empieza a acostumbrar a la población a ser irrespetuosos de la autoridad, de la política como actividad humana, y de las figuras históricas. Ensalza la ignorancia convocando al mexicano a no leér. Ni siquiera las noticias, dijo en una ocasión, pues sólo así seríamos felices. Desata una persecución verbal en contra del priísmo como causa y efecto de que las cosas estuvieron mal durante 70 años. Tepocatas, víboras, arañas negras, y demás epítetos denigrantes caen como cascada sobre los priístas todos. Al ganar las elecciones con una foto dándole vuelta al mundo pateaba un féretro con las siglas del PRI. Declaró en forma desafortunada que la duda que había surgido en el Trife de aquel entonces eran puras “marranadas”, expresión ésta que por extensión y que para los entendedores de leer entre líneas los mensajes, significaba que los Magistrados que formaban dicho Tribunal eran en realidad, unos “marranos”. Se enfrenta al Panismo puro y los deja fuera de la jugada política al despreciarlos olímpicamente al no otorgarles ni una sola de las posiciones dentro del Gabinetazo. Por el contrario, los empieza a obstaculizar y a poner en ridículo ante la opinión pública nacional. Muy tarde, y al sentir la presión de sus correligionarios le otorga la primera posición al panista Felipe Calderón nombrándolo Director del Banobras. De allí lo asciende al rango de Secretario de Energía, donde de un plumazo lo borra del cuadro, al sentir Fox que Calderón se salió del cartabón político cuando éste, en un viaje a Guadalajara, los jaliscienses y su Gobernador en turno se pronuncian por la posible candidatura de Felipe a la Presidencia de México. Esto llenó de malestar a Fox, y vino la renuncia de Calderón. Luego vinieron sus peleas con el círculo verde y círculo rojo de los periodistas a quienes llamó “perros”, esos mismos que ahora lamen sus orgullos heridos. Tuvo enfrentamientos con los empresarios, con la iglesia, gobernadores, legisladores, y con el ejército al minimizar su función. Con el Papa mas querido del catolicismo, se molestó y dio un ruidoso beso a su esposa a las afueras de El Vaticano, interpretándose como un verdadero desprecio a lo que pensaba o dejara de pensar el Papa, para lo cual hizo que se le tomara aquella conocida fotografía dándole la espalda a las instalaciones que el Santo Padre ocupaba.

Lo nunca visto con nuestros vecinos y casi hermanos latinoamericanos de tanto tiempo: Fox se peleó con Cuba a través de su Presidente el Comandante Fidel Castro Ruz y con Hugo Chávez de Venezuela, sólo por citar algunos. Con el primero de ellos, fue de manera tan descortés, irrespetuosa y antidiplomática, que hizo que los mexicanos sufriéramos pena ajena. Como viajero internacional frecuente, hizo sus “panchos” y ridículos en varias naciones del mundo, a grado tal que el Congreso de la Unión se pronunció en sesión para no autorizar mas sus salidas. Empezó Fox una campaña para desprestigiar mexicanos que si bien, no son una perita en dulce tienen su derecho consagrado en las leyes como cualquiera de los mexicanos que habitamos este planeta. Y así transcurrió el tiempo. Esos largos y penosos cinco años que para desgracia aun no concluyen. Después vinieron las precandidaturas de quienes deseaban ser Presidente de México para cuando Fox concluyera su período. Desde su fortaleza, Fox ataca a Felipe Calderón y le atravieza a Santiago Creél. Lógicamente Felipe le surte una soberana y contundente paliza en las elecciones internas del PAN. Luego Fox ataca a López Obrador y no logró mas que agigantar su figura. Al final de cuentas, a Fox no le resultó. Finalmente Felipe y Andrés Manuel aunque enfrentados y divididos, fueron y siguen siendo punteros en la gran decisión que se espera por el Trife para que alguno de ellos lo releve en la Presidencia de México.

Pues bien, amable lector, lo anterior sirva para explicarnos en forma muy sintetizada las causas, motivos y orígenes de lo que actualmente está sucediendo en el ámbito nacional de nuestro país. Es innegable que Fox y los actores políticos que se prestaron, se prestan y se seguirán prestando al juego perverso de la política, han provocado la desunión de los mexicanos. El odio y la división saltan a la vista. La polarización de las fuerzas vivas del país son evidentes. Los azules y los amarillos enfrentados casi a muerte por sus pasiones. Y los rojos de plano, en la lona por obra y gracia de esa división. La gasolina se echó al principio. El cerillo lo tiene cada uno de los mexicanos que están inconformes. Por un bando y otro habrá malestar cuando la decisión final del Trife se pronuncie. No le quepa la menor duda. El país lo dividió su propia gente. Y hoy, esa misma gente está asustándose del monstruo que crearon. Y muchos quieren ver a ese monstruo personificado en un señor que se llama Andrés Manuel López Obrador. ¡Ahhhh qué políticos mexicanos éstos tan faltos de seriedad y credibilidad!.

Un dilecto amigo dice que dichos personajes tanto estuvieron ráscandole al león donde mas le dolía, que éste ya se despertó y que en cualquier momento puede dar el zarpazo, y que puede incluso, ser mortal. Con uno sólo de ellos puede quitarse de encima al intruso. Así, quienes dividieron al país, tratan de decir que fueron otros quienes lo dividirán. Qué absurdo. El odio, rencor, resentimientos, malaleche, descalificaciones, faltas de respeto, ilegalidades, corrupción galopante, chicanas desde el poder, chayotes, pestilencias y demás perversidades no pueden traer nada bueno al país. Cuánto estará llorando la democracia en estos momentos al ver que los mexicanos estamos cometiendo la peor de las estupideces al seguir demostrando ser un pueblo dividido e inmaduro que no aprende de su historia. Y dice el dicho que “quien no aprende de su historia, jamás verá claro su presente, ni podrá siquiera aspirar a vivir su futuro”.

O usted, ¿qué opina amable lector?