julio 17, 2006

Voto por voto


Es ya una legítima demanda ciudadana. Un auténtico clamor popular. Una ola de indignación que recorre el país y amaga con desbordarse. De ahí la importancia de la impresionante suma de pies, manos, voces, cerebros y corazones que encontraron cauce pacífico en la Marcha por la Democracia de ayer domingo. Un multitudinario acto cívico que, por cierto, está inscrito plenamente en la legalidad. Nada más falso y tramposo que decir que en esta fase poselectoral hay dos vías excluyentes: la legal en el TEPJF, y la extralegal en las movilizaciones. Porque uno de los preceptos más sagrados de la Constitución es precisamente el derecho a las manifestaciones, como la ocurrida ayer.

Hoy, los poderes fácticos de la nación -gobierno, partido en el poder, hombres de dinero y algunos medios- deberán pensar dos veces si de verdad están dispuestos a llevar hasta sus últimas consecuencias una imposición tan manchada de sospechas, a pesar de la firme postura de ayer: ¡No al fraude! y la consiguiente demanda hecha grito persistente y coro estremecedor: ¡Voto por voto!

Por supuesto que fue una marcha de apoyo a AMLO y para empujar la decisión jurídica de quién realmente debe ser el próximo presidente. Pero también fue una exigencia de respeto a la voluntad popular, de limpiar la elección para saber la verdad -sea cual fuere -y de refrendar la fe colectiva en la democracia ante la amenaza de la desesperanza y la opción por otras alternativas que suponíamos rebasadas.

Nadie puede negar la posibilidad de que efectivamente Calderón haya ganado en las urnas. Sin embargo y para su desgracia, las presunciones sobre la legitimidad y aun sobre la ilegalidad de su triunfo son numerosas y están plenamente documentadas: la brutal e impúdica operación, en su favor, de todo el aparato de gobierno de Fox y en contra de AMLO; los miles de millones del erario en una campaña inequitativa; la guerra sucia; la irresponsable y criminal propaganda del odio y el miedo; la intervención acallada de su cuñado incómodo en la cibernética del proceso; los inconfesables arreglos partidistas para disminuir al adversario; la intromisión ilegal del CCE y otros organismos de paja. Y el 2 de julio: el escamoteo del conteo rápido; las trampas del PREP y los 3 millones de votos perdidos; el increíble e irracional comportamiento del conteo porcentual y muchos más atropellos a la razón y la honestidad.

Y por si fuera poco, el más ominoso de todos: el descarado colaboracionismo de un IFE encabezado por Luis Carlos Ugalde, cómplice de estas tropelías. Más aún, usurpó ilegalmente funciones del TEPJF al anunciar un ganador, a sabiendas de que es a éste a quien corresponde el cómputo final una vez resueltas las impugnaciones de los partidos. Son demasiadas cargas encima para un candidato presidencial. Además de saber en su yo interno qué ha pasado realmente.

Por eso Felipe debiera someterse voluntariamente al voto por voto de toda la elección. Sólo tiene ante sí tres escenarios: que se demuestre que ganó, lo que marcaría una enorme diferencia entre un presidente fuerte y otro severamente cuestionado y extremadamente débil; que el cómputo determine que fue AMLO el triunfador, lo que le daría una salida digna y muy apreciable. El tercer escenario sería devastador: que se siga negando al voto por voto, que el TEPJF lo determine de cualquier manera y que se demuestre que Felipe perdió, a pesar de todo, y que el ganador fue Andrés Manuel. Sería un final ignominioso para un político tan prometedor.

Como sea, la decisión final sobre este largo y desgastante proceso está en manos del TEPJF, que según el artículo 99 constitucional luego de las impugnaciones y el cómputo debe formular la declaración de validez de la elección. Y también según sus atribuciones puede: depurar la elección y atendiendo a los recursos, abrir paquetes; hacer el conteo voto por voto; reponer sufragios ilegalmente anulados y nulificar casillas fraudulentas. En la conciencia de los siete magistrados del TEPJF está no sólo un resultado probo y convincente, sino el destino de todo México.

ddn_rocha@hotmail.com