julio 24, 2006

Ricardo Rocha

Luego del "shock" del 2 de julio, del pasmo del conteo y de lo que los expertos llaman depresión colectiva, se han reanudado las campañas. Ahora en su fase poselectoral, pero en condiciones similares a las de antes de la elección presidencial: el presidente Fox volvió a enfermar de incontinencia verbal y está en lo suyo apoyando a uno y atacando al otro; los núcleos empresariales en las mismas; el PAN y su candidato en la estrategia del ¡uy qué miedo!; el PRD y su gallo en la táctica machacona de las movilizaciones y la plaza pública; tampoco hay árbitro, nunca lo hubo. El llamado IFE ahora está también en campaña mediática hasta la náusea: a pesar de todas las evidencias, rechinamos de limpios; sí, cómo no.

Mientras tanto, el TEPJF inicia un cónclave a piedra y lodo para dirimir los cientos de impugnaciones que implican las miles de casillas que podrían reafirmar o modificar el conteo inicial. Pero los magistrados están sobre todo concentrados -más aun su presidente- en la madre de todas las impugnaciones: la planteada por la coalición Por el Bien de Todos; la que ha generado los más grandes enconos entre los pequeño burgueses del PAN y los nacos del PRD; el planteamiento toral para decidir no sólo al presidente sino al destino: voto por voto, casilla por casilla.

Por eso la calle está inquieta. El domingo pasado la marea amarilla inundó y desbordó el zócalo hasta las principales avenidas del corazón de la ciudad. Monsiváis y Eugenia estremecieron con la palabra y el canto. Y Andrés Manuel rezó un rosario con el coro de más de un millón que hicieron acto de fe el voto por voto. Y más aun, López Obrador convocó una vez más para el domingo siguiente y dijo que serán el doble. Mientras, Elenita y la Jesusa toman Banamex, y se instalan los campamentos de vigilancia para cuidar los paquetes electorales en los 300 consejos distrititales. Y marchan los payasos y ayer, hay despliegue de carros alegóricos con el mismo mantra que tanto irrita a los picudos: voto por voto, casilla por casilla. Les digo que la calle está inquieta.

Ya hasta los panistas están pensando en salir de su festivo encierro. A pintarse de blanco invitan sin mucho entusiasmo. En tanto, descalifican histéricos las movilizaciones amarillas e inventan el sainete del amago a la camioneta de Felipe como muestra de la violencia que dicen evitar. Aunque para ellos los paseos de su candidato como presidente electo -cuando todavía no lo es- son actos pacíficos. Por eso prefieren la noche para tasajear la literatura y la plástica de nuestros artistas que han hecho suyo el clamor popular: voto por voto.

Por eso practican la desmemoria pacífica. Si no, cómo habrían de reconocer al autor de esta frase: "Si se trata de cerrar el camino a la democracia por supuesto que habrá resistencia civil. Inclusive esperen nuevos Marcos, nuevas grillas y nuevas sublevaciones". ¿Puede haber una frase más horrorosa e incendiaria que esa? Por supuesto que no. El problema está en que no es del renegado Peje sino del mismísimo Vicente Fox hace apenas ocho años, en el 98. Apenas 10 después de que en el 88, según cuenta él mismo en su autobiografía, haya bajado muy machito junto con otros diputados a los sótanos de San Lázaro para abrir los paquetes electorales del fraude. Hasta que los soldados les cortaron cartucho y tuvieron que salir por piernas, porque según él "todavía no era tiempo de morir por la patria".

El problema de Fox es que no entiende que para millones de mexicanos ese momento ya llegó. Y que lo que él no quiso o no supo o no pudo o no se atrevió a defender en su momento es hoy el postulado de millones de mexicanos que simple y llanamente quieren estar seguros de que su voto contó y está bien contado. Y quiero suponer que esto incluye no sólo a quienes votaron por AMLO y se sienten defraudados, sino incluso a muchos de los que sufragaron por Calderón y que quisieran estar seguros de un resultado que consideran favorable.

Ya una muestra de menos de 3 mil de las 130 mil casillas arrojó irregularidades que modificaron -aunque sea en centésimas- el resultado del conteo inicial. Lo dicho, argumentos sobran y no hay hasta ahora una sola razón legal, racional y moral que pueda oponerse a este clamor creciente: voto por voto.

ddn_rocha@hotmail.com