julio 25, 2006

La iglesia y fecalhin

El silencio de la CEM en torno al 2 de julio fue interpretado como el virtual apoyo de la jerarquía católica a AMLO
Ricardo Alemán

Contra lo que ocurrió en los meses previos a julio de 2000 -proceso electoral en el que la jerarquía católica apoyó de manera decidida al candidato Fox-, en los prolegómenos de la contienda de julio de 2006 la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) no realizó proselitismo electoral a favor de ninguno de los tres grandes partidos, a pesar de su identidad ideológica con el PAN.

La carencia de un activismo partidista en los meses previos a julio de 2006, hizo suponer a muchos que la jerarquía católica no sólo no veía mal un gobierno de López Obrador -el candidato de la mal llamada izquierda-, sino que incluso parecían apoyarlo, al retirar su respaldo abierto al PAN y a Felipe Calderón. "El que calla otorga", dice el refranero popular, y el silencio de los católicos en torno al 2 de julio pasado fue interpretado como el virtual apoyo de los jerarcas católicos a López Obrador. La jerarquía católica se la jugó con AMLO.

Pero lo ocurrido el 2 de julio, en donde el voto mayoritario favoreció a Calderón, al parecer también sorprendió a los jerarcas católicos que, ahora sí, aparecieron en la disputa postelectoral. En un desplegado (20 de julio de 2006), la CEM llamó "a la reconciliación, la concordia y la paz". Los obispos reconocen que la pugna ha golpeado "fuertemente a las instituciones" electorales, reconoce que aún no hay presidente electo, rechaza "el odio y la violencia", llama a las mujeres y hombres de buena voluntad a "respetar la ley y trabajar por la reconciliación, el diálogo y el entendimiento", hace un llamado "a la tolerancia y la moderación", exige a las autoridades "actuar con verdad y justicia", y pide a las fuerzas políticas "comportarse con madurez, generosidad y honestidad". Al final, convoca a una "Jornada de Oración por la Reconciliación, la Concordia y la Paz", que se llevará a cabo del 31 de julio al 6 de agosto.

Ausentes del proselitismo previo al 2 de julio, sea o no porque apoyaron a AMLO, la reaparición de la jerarquía católica tiene un antecedente esencial. En una carta firmada por la Comisión de Pastoral Social de la CEM -del 21 de abril de 2005-, los obispos hicieron una severa crítica al gobierno federal por el desafuero de AMLO, "intento de eliminar políticamente a un adversario". Cuestiona la democracia mexicana, en el gobierno de Fox, pues en el desafuero no se cumplieron las premisas básicas: respeto a los derechos humanos, moderación en el ejercicio de la autoridad y equilibrio de poderes, además de que se violaron los derechos políticos de un ciudadano capitalino. Al parecer desde el desafuero, los obispos católicos se distanciaron del gobierno de Fox, de su partido, y se acercaron a AMLO, al que habrían apoyado hasta el 2 de julio. Pero el nuevo escenario hizo que la CEM ahora se pronuncie por el respeto a las instituciones, por la reconciliación y el respeto al voto. Vale la pena recordar la mutación que vivieron los jerarcas católicos, entre julio de 2000 y julio de 2006.

El 25 de marzo de 2000 -precisamente cuando influyentes sectores de la izquierda mexicana intensificaban el llamado voto útil a favor de Vicente Fox, entonces candidato presidencial de la derecha-, la CEM sorprendió a todos al dar a conocer la Carta Pastoral "Del encuentro con Jesucristo a la Solidaridad con Todos", en la que abiertamente se pronunciaba precisamente por el voto de la alternancia, y de manera especial a favor del candidato Fox. Eran los tiempos del "sacar al PRI de Los Pinos".

La carta pastoral señalaba, entre muchos otras cosas, lo siguiente: "Más que de ´crisis´ o ´cambio´, en México hoy hablamos de ´transición democrática´. Un signo es la incipiente alternancia en algunos órdenes de gobierno. Una más plena cultura de la democracia supone ´la posibilidad real de esta alternancia´". El mensaje era claro; votar por la alternancia. ¿Y quién representaba esa alternancia? Nadie más que el candidato del PAN, de la derecha, Vicente Fox. También la CEM señala: "En nuestro país no está excluido el escenario de una regresión autoritaria, aún por la vía electoral, (ya que...) aún existen deficiencias graves en el reconocimiento efectivo del derecho político al voto libre y secreto. (Por eso...) es preciso afirmar con toda claridad que colaborar directa o indirectamente con el fraude electoral es un pecado grave que vulnera los derechos humanos y ofende a Dios". Pero ya en la alternancia, y con Fox como el presidente del "cambio", la CEM volvió a la fórmula de las cartas pastorales, ahora para reclamar al nuevo presidente -al que habían apoyado en julio de 2000-, ser tomados en cuenta en el proceso de transición democrática.

El 26 de septiembre de 2002 nuevamente la jerarquía católica emitió la carta "Participación Solidaria para Afianzar la Transición Democrática", en la que se dice preocupada porque "no hemos alcanzado el afianzamiento de una democracia madura que sólo se consigue con el trabajo de todos los ciudadanos unidos en la responsabilidad... Se hace indispensable que el Ejecutivo federal marque el rumbo hacia la transición con decisiones claras, veraces y oportunas, sin titubeos, que sólo engendran desconfianza y ambigüedades". Ahí empezó la distancia de los católicos con el PAN y su vínculo con AMLO.

aleman2@prodigy.net.mx