Para deuda, la de los panistas
Para deuda, la de los panistas
2006-06-21
Por: Magdalena Galindo
No de ahora, sino desde el inicio de la administración panista, el rasgo más acentuado ha sido el de mentir abiertamente, en una actitud que ni siquiera en el PRI, en los 71 años que gobernó al país, habíamos observado. Y es que el PRI, por lo menos, tenía conciencia de que las acciones públicas son precisamente eso, públicas.
Esta costumbre, la de mentir a la vista de todos, en el más ortodoxo seguimiento de la política nazi de Goebbels, es uno más de los aspectos en los que Felipe Calderón imita a Fox.
Por supuesto, el caso más escandaloso es el del cuñado incómodo, en el que la estrategia de Calderón, como antes en el apoyo al Fobaproa y su explicación de que es zurdo y por lo tanto no apoyó al Fobaproa, es referirse a la forma y no abordar el contenido.
Ahora que se le entregaron pruebas de los contratos concedidos en el sector energético (esto es en Pemex, la Federal de Electricidad y otras) a su cuñado, su argumento se centra en que él no firmó los contratos. Pero resulta obvio que ni los firmó ni tenía por qué firmar un contrato de Pemex o de la Federal de Electricidad, porque él era secretario de Energía, no director de las paraestatales.
Que no firme los contratos no tiene importancia porque lo que es un hecho es que esas paraestatales tienen una relación de dependencia con la Secretaría de Energía de la que era titular Calderón en el momento de los contratos. Eso es lo que cuenta y eso es lo que ha denunciado Andrés Manuel López Obrador.
Otro de los casos de mentiras públicas de Calderón es el referente al supuesto despilfarro y a la deuda del gobierno del Distrito Federal. En cuanto al despilfarro, las cifras oficiales señalan que en 2005, año de la construcción del segundo nivel del Periférico, el gobierno del Distrito Federal registró un superávit por 2 mil 271 millones de pesos.
Y en cuanto a la deuda, fíjese usted que no creció, sino al contrario, hubo un pequeño desendeudamiento de 0.44 por ciento.
En cambio, en cuanto a la deuda del gobierno federal, esto es, la contratada por la administración panista, ha crecido a niveles sin precedente, pues mientras en el año 2000 el saldo era de 684 mil 797 millones, para mayo de este año había llegado a 2 billones (es decir, millones de millones) 125 mil 889 millones de pesos. O sea que durante la administración panista la deuda interna se multiplicó por tres. Lo que es evidente es que Calderón al diseñar su campaña política parte de considerar al pueblo mexicano como integrado por tontos e ignorantes, de modo que no van a descubrir sus mentiras.
2006-06-21
Por: Magdalena Galindo
No de ahora, sino desde el inicio de la administración panista, el rasgo más acentuado ha sido el de mentir abiertamente, en una actitud que ni siquiera en el PRI, en los 71 años que gobernó al país, habíamos observado. Y es que el PRI, por lo menos, tenía conciencia de que las acciones públicas son precisamente eso, públicas.
Esta costumbre, la de mentir a la vista de todos, en el más ortodoxo seguimiento de la política nazi de Goebbels, es uno más de los aspectos en los que Felipe Calderón imita a Fox.
Por supuesto, el caso más escandaloso es el del cuñado incómodo, en el que la estrategia de Calderón, como antes en el apoyo al Fobaproa y su explicación de que es zurdo y por lo tanto no apoyó al Fobaproa, es referirse a la forma y no abordar el contenido.
Ahora que se le entregaron pruebas de los contratos concedidos en el sector energético (esto es en Pemex, la Federal de Electricidad y otras) a su cuñado, su argumento se centra en que él no firmó los contratos. Pero resulta obvio que ni los firmó ni tenía por qué firmar un contrato de Pemex o de la Federal de Electricidad, porque él era secretario de Energía, no director de las paraestatales.
Que no firme los contratos no tiene importancia porque lo que es un hecho es que esas paraestatales tienen una relación de dependencia con la Secretaría de Energía de la que era titular Calderón en el momento de los contratos. Eso es lo que cuenta y eso es lo que ha denunciado Andrés Manuel López Obrador.
Otro de los casos de mentiras públicas de Calderón es el referente al supuesto despilfarro y a la deuda del gobierno del Distrito Federal. En cuanto al despilfarro, las cifras oficiales señalan que en 2005, año de la construcción del segundo nivel del Periférico, el gobierno del Distrito Federal registró un superávit por 2 mil 271 millones de pesos.
Y en cuanto a la deuda, fíjese usted que no creció, sino al contrario, hubo un pequeño desendeudamiento de 0.44 por ciento.
En cambio, en cuanto a la deuda del gobierno federal, esto es, la contratada por la administración panista, ha crecido a niveles sin precedente, pues mientras en el año 2000 el saldo era de 684 mil 797 millones, para mayo de este año había llegado a 2 billones (es decir, millones de millones) 125 mil 889 millones de pesos. O sea que durante la administración panista la deuda interna se multiplicó por tres. Lo que es evidente es que Calderón al diseñar su campaña política parte de considerar al pueblo mexicano como integrado por tontos e ignorantes, de modo que no van a descubrir sus mentiras.
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