Padrón Hildebrando
Astillero
Julio Hernández López
Padrón Hildebrando
El Big Brother (in law)
Coleccionista de datos
Revelaciones con Aristegui
El 30 de noviembre de 2005 -con su cuñado en plena campaña presidencial- Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo se metió de lleno en el control del padrón electoral mexicano. Con una oferta que llamó la atención de otros competidores por ser "muy económica" -tal vez el negocio no radicaba en los 104 millones de pesos que significaba la adjudicación del contrato-, Sagem Defénse Securité (SDS) ganó la licitación pública internacional 00100001-001/ 2005, que le permitiría operar una "solución integral de identificación multibiométrica para el mejoramiento de la calidad del padrón electoral" (depuración de bajas y duplicados en el padrón mediante cotejo de huellas digitales, fundamentalmente).
La adjudicación de ese contrato llevó a una de las empresas competidoras, Imageware Systems Inc., a promover, el 9 de diciembre de 2005, una inconformidad ante la contraloría interna del IFE por considerar que SDS no había cumplido con los aspectos técnicos requeridos y que su oferta económica no resultaba real. Meses después se sabrían las conexiones de SDS con Identix Incorporated, la cual a su vez está relacionada con la firma Hildebrando que entre otras cosas es su representante en México.
El eje aliado Sagem Defénse Securité-Identix-Hildebrando tuvo a su disposición los datos de 70 millones de votantes mexicanos. Oficialmente trabajarían en la depuración de las bajas del padrón, rubro en el que esta columna ha demostrado documentalmente que el IFE manipuló resultados, haciendo multiplicaciones sospechosas y confirmando por primera vez en la historia electoral mexicana que los datos oficiales dados a conocer en pantallas de computadoras pueden ser aumentados o disminuidos conforme a factores de programación que producirían "verdades" oficiales.
Pero el Big Brother (in law) Diego (cuñado de un señor chaparrito, pelón y de lentes, Chapelén) se hizo de todas las bases de datos que le fue posible: las de los migrantes, las de los beneficiados por programas sociales del gobierno federal, las de bancos e instituciones de crédito. Por ello de pronto muchos mexicanos se toparon con que a sus domicilios llegaba correspondencia personalizada a favor de Felipe Calderón con referencias postales que sólo constaban en el padrón electoral o en documentación oficial.
Diego Hildebrando construyó un sistema de operación cibernética para que los mensajes del esposo de su hermana Margarita llegaran al mayor número posible de destinatarios, pero también para usar y manipular tanto el padrón electoral y la lista nominal de electores como el flujo y la expresión de resultados electorales preliminares y generales. Y, desde luego, hubo funcionarios federales que encontraron una vía sesgada pero muy directa para hacer aportaciones económicas a la campaña del Chapelén, adjudicando contratos a Hildebrando para que en lugar de Amigos de Fox hubiera Cuñados de Felipe. Por todo ello es que el candidato presidencial panista no pudo reaccionar con viveza y soltura cuando López Obrador develó las andanzas del cuñado incómodo: no era sólo el tráfico de influencias para conseguir contratos del gobierno federal, mientras Felipillo era funcionario, ni la falta de pago de impuestos, sino el tejido de una red delictiva de control de datos electorales, de la cual ayer dio una interesante muestra Carmen Aristegui en su noticiero radiofónico, al demostrar que el padrón electoral está siendo usado por el equipo calderonista para fines de campaña.
Mediante una clave que le fue entregada a Aristegui, fue posible ingresar a la intranet del PAN, donde usuarios con el nombre Hildebrando podían manejar los datos del padrón con referencias a su filiación política y su domicilio. Desde luego, en cuanto fue denunciado el hallazgo se le cayó el sistema a las Redes por México de la campaña calderonista (lo mismo sucede en la página del IFE cada vez que aquí se denuncia alguna irregularidad, aunque ahora se ha reinstalado el favoritismo al PAN en "partidos políticos/ plataformas electorales 2006", donde sólo en el emblema del PAN es posible hacer clic, con lo que se despliega el sitio oficial del blanquiazul).
La tentación del fraude electoral está presente a partir de la existencia inequívoca de condiciones creadas para favorecer al PAN y, en su momento, para descarrilar la elección si tal fuese la decisión de las cúpulas que controlan al gobierno federal y al aparato comicial. Una intencional mala organización electoral (a Astillero han llegado reportes de todo el país coincidiendo con el patrón de desorden de Iztapalapa dado ayer a conocer como votön de mweztra), un padrón electoral multiplicado o dividido, según convenga (las bajas por duplicados, aquí referidas); una autoridad electoral, el IFE, débil y sin autoridad moral; y el manejo faccioso del padrón electoral, son ingredientes especialmente preparados para un coctel antipejista de última hora. ¡Hasta mañana!
Fax: 56 05 20 99 juliohdz@jornada.com.mx
Julio Hernández López
Padrón Hildebrando
El Big Brother (in law)
Coleccionista de datos
Revelaciones con Aristegui
El 30 de noviembre de 2005 -con su cuñado en plena campaña presidencial- Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo se metió de lleno en el control del padrón electoral mexicano. Con una oferta que llamó la atención de otros competidores por ser "muy económica" -tal vez el negocio no radicaba en los 104 millones de pesos que significaba la adjudicación del contrato-, Sagem Defénse Securité (SDS) ganó la licitación pública internacional 00100001-001/ 2005, que le permitiría operar una "solución integral de identificación multibiométrica para el mejoramiento de la calidad del padrón electoral" (depuración de bajas y duplicados en el padrón mediante cotejo de huellas digitales, fundamentalmente).
La adjudicación de ese contrato llevó a una de las empresas competidoras, Imageware Systems Inc., a promover, el 9 de diciembre de 2005, una inconformidad ante la contraloría interna del IFE por considerar que SDS no había cumplido con los aspectos técnicos requeridos y que su oferta económica no resultaba real. Meses después se sabrían las conexiones de SDS con Identix Incorporated, la cual a su vez está relacionada con la firma Hildebrando que entre otras cosas es su representante en México.
El eje aliado Sagem Defénse Securité-Identix-Hildebrando tuvo a su disposición los datos de 70 millones de votantes mexicanos. Oficialmente trabajarían en la depuración de las bajas del padrón, rubro en el que esta columna ha demostrado documentalmente que el IFE manipuló resultados, haciendo multiplicaciones sospechosas y confirmando por primera vez en la historia electoral mexicana que los datos oficiales dados a conocer en pantallas de computadoras pueden ser aumentados o disminuidos conforme a factores de programación que producirían "verdades" oficiales.
Pero el Big Brother (in law) Diego (cuñado de un señor chaparrito, pelón y de lentes, Chapelén) se hizo de todas las bases de datos que le fue posible: las de los migrantes, las de los beneficiados por programas sociales del gobierno federal, las de bancos e instituciones de crédito. Por ello de pronto muchos mexicanos se toparon con que a sus domicilios llegaba correspondencia personalizada a favor de Felipe Calderón con referencias postales que sólo constaban en el padrón electoral o en documentación oficial.
Diego Hildebrando construyó un sistema de operación cibernética para que los mensajes del esposo de su hermana Margarita llegaran al mayor número posible de destinatarios, pero también para usar y manipular tanto el padrón electoral y la lista nominal de electores como el flujo y la expresión de resultados electorales preliminares y generales. Y, desde luego, hubo funcionarios federales que encontraron una vía sesgada pero muy directa para hacer aportaciones económicas a la campaña del Chapelén, adjudicando contratos a Hildebrando para que en lugar de Amigos de Fox hubiera Cuñados de Felipe. Por todo ello es que el candidato presidencial panista no pudo reaccionar con viveza y soltura cuando López Obrador develó las andanzas del cuñado incómodo: no era sólo el tráfico de influencias para conseguir contratos del gobierno federal, mientras Felipillo era funcionario, ni la falta de pago de impuestos, sino el tejido de una red delictiva de control de datos electorales, de la cual ayer dio una interesante muestra Carmen Aristegui en su noticiero radiofónico, al demostrar que el padrón electoral está siendo usado por el equipo calderonista para fines de campaña.
Mediante una clave que le fue entregada a Aristegui, fue posible ingresar a la intranet del PAN, donde usuarios con el nombre Hildebrando podían manejar los datos del padrón con referencias a su filiación política y su domicilio. Desde luego, en cuanto fue denunciado el hallazgo se le cayó el sistema a las Redes por México de la campaña calderonista (lo mismo sucede en la página del IFE cada vez que aquí se denuncia alguna irregularidad, aunque ahora se ha reinstalado el favoritismo al PAN en "partidos políticos/ plataformas electorales 2006", donde sólo en el emblema del PAN es posible hacer clic, con lo que se despliega el sitio oficial del blanquiazul).
La tentación del fraude electoral está presente a partir de la existencia inequívoca de condiciones creadas para favorecer al PAN y, en su momento, para descarrilar la elección si tal fuese la decisión de las cúpulas que controlan al gobierno federal y al aparato comicial. Una intencional mala organización electoral (a Astillero han llegado reportes de todo el país coincidiendo con el patrón de desorden de Iztapalapa dado ayer a conocer como votön de mweztra), un padrón electoral multiplicado o dividido, según convenga (las bajas por duplicados, aquí referidas); una autoridad electoral, el IFE, débil y sin autoridad moral; y el manejo faccioso del padrón electoral, son ingredientes especialmente preparados para un coctel antipejista de última hora. ¡Hasta mañana!
Fax: 56 05 20 99 juliohdz@jornada.com.mx
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