Fox y Cárdenas, amargura compartida
México, D.F., 19 de junio (apro).- En el Museo Nacional de Antropología e Historia donde, hace seis años, hubo quienes vieron un atisbo de cambio para robustecer la democracia y la justicia, hoy se materializó otra falsedad --una de tantas-- de Vicente Fox: Dio posesión a Cuauhtémoc Cárdenas, quien agradeció a su patrón, formal y transitorio, la “confianza” en él, hoy laureado por quienes tanto lo repudian.
En ese museo, el 22 de noviembre del 2000, a una semana de la toma de posesión del nuevo jefe del Ejecutivo, Fox se comprometió a hacer suyas las conclusiones de 175 especialistas, coordinador por Porfirio Muñoz Ledo, y traducirlas en iniciativas de ley para sustentar un nuevo régimen político. Pero desdeñó cada una de ellas.
Hoy lunes 19, en el ocaso de su gobierno, con promesas incumplidas que se amontonan junto con el documento que falsamente elogió, Fox ofrece a Cárdenas la posibilidad de un lustre que no merece, si en verdad es, como dijo su promotor, “un ejemplo de congruencia con sus ideales, y un gran luchador por la democracia”.
Ya se ve que no, pese a su historia: Cárdenas recurrió al truco de consultar a los cinco candidatos presidenciales --Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón en su propio domicilio-- para pedirles su venia y hasta le ofrecieron, dijo él, “amplia colaboración” para cumplir con su encomienda por la que no cobrará un centavo.
No hay ingenuidad de Cárdenas en aceptar el cargo como organizador de los festejos del bicentenario de la Independencia y los cien años de la Revolución, que se cumplirán en el 2010, ni la hay en la designación de Fox. Lo que existe, eso sí, es una convergencia que nada tiene que ver con ambas gestas nacionales.
Se entiende, entonces, por qué Cárdenas guardó un silencio cómplice ante la represión del gobierno federal y el de su hijo en Lázaro Cárdenas, que arrojó dos muertos, y por qué, en general, abdicó del severo escrutinio que solía hacer de la administración de Fox, quien siempre lo ha considerado poco menos que un cero a la izquierda.
Está claro: A los dos políticos no los une el amor, sino el espanto, parafraseando a Jorge Luis Borges. Y más aún, la amargura que da una frustración compartida, además, por un triple protagonista --Marta Sahagún-- que tiene nombre y apellidos: Andrés Manuel López Obrador.
En la Presidencia de la República se sabe que la decisión mayoritaria de los ciudadanos mexicanos no corresponderá a Felipe Calderón, y la pareja --la de Los Pinos, no la otra-- pretende colocarle a López Obrador un contrapeso, en la lógica de que se trata de la “izquierda moderna”, la que hasta los salinistas elogian porque, proclaman, “cómo ha cambiado el ingeniero”.
Cárdenas sabe, salvo que de verdad sea lo que ha dicho Fox que es, que se trata de zalamerías y que, en realidad, está siendo usado para cobrar pendientes que, una vez más, trascienden la mera conmemoración de dos actos libertarios sin los que no se entiende México y a las que sus promotores, en su esencia, han sido contrarios.
Pero si ya de por sí la chamba aceptada por Cárdenas oscurece su trayectoria de tres intentos de ser presidente de la República, y como gobernador de Michoacán y jefe de gobierno capitalino, los propósitos que hoy hizo públicos desenmascaran la entraña de esta insólita convergencia.
Cárdenas propuso establecer “metas sociales y económicas” del Estado mexicano mientras esté él al frente de lo que se denomina “Consejos asesores nacional e internacional de la Comisión Organizadora”, hasta el 31 de diciembre del 2010, metas que no por ser loables dejan de ser ajenas al propósito estrictamente conmemorativo.
La erradicación de la pobreza extrema, las enfermedades curables, el analfabetismo, la desnutrición de los niños, así como la cobertura y calidad de la educación, la vivienda y la infraestructura básica son, en efecto, trascendentes para el desarrollo de México, y aun la discusión abierta para una eventual elaboración de una nueva Constitución “que contribuya para que México y los mexicanos enfrentemos en mejores condiciones y con éxito los retos que ya plantea este Siglo XXI en el cual nos adentramos”.
Tales propósitos son, de suyo, imposibles de no apoyar, pero el “honorífico” cargo que por decisión de Fox tiene Cárdenas no está establecido en el marco legal que la da sustento, salvo que, en efecto, la jugada sea no sólo ser contrapeso de López Obrador, sino catapultarlo como candidato presidencial por cuarta ocasión.
Pero al final de esta maniobra desde la Presidencia de la República --la incompetencia premiando la mezquindad--, la sociedad podrá a cada quién en su lugar. Ya lo está haciendo.
Apuntes:Germán Martínez Cázares, representante del PAN ante el Instituto Federal Electoral (IFE), quiso dar un golpe espectacular para atenuar el impacto rotundo del tráfico de influencias de Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo, el “cuñado incómodo” de Felipe Calderón, y le tomaron el pelo. El historial académico sobre López Obrador, que con tanto denuedo defendió, es falso. Así tuvo que reconocerlo públicamente. Obra de manera distinta Josefina Vázquez Mota, coordinadora general de la campaña del PAN, quien no pierde la sonrisa para mentir o manipular: Falsamente dice que envió una carta a Proceso para desmentir el documento publicado sobre la colusión –eufemísticamente llamada “sinergia”--del gobierno de Fox con Calderón, y también que Germán Dehesa se disculpó, “a nombre de los medios de comunicación”, de las “calumnias” contra el “cuñado incómodo”.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y www.proceso.com.mx
En ese museo, el 22 de noviembre del 2000, a una semana de la toma de posesión del nuevo jefe del Ejecutivo, Fox se comprometió a hacer suyas las conclusiones de 175 especialistas, coordinador por Porfirio Muñoz Ledo, y traducirlas en iniciativas de ley para sustentar un nuevo régimen político. Pero desdeñó cada una de ellas.
Hoy lunes 19, en el ocaso de su gobierno, con promesas incumplidas que se amontonan junto con el documento que falsamente elogió, Fox ofrece a Cárdenas la posibilidad de un lustre que no merece, si en verdad es, como dijo su promotor, “un ejemplo de congruencia con sus ideales, y un gran luchador por la democracia”.
Ya se ve que no, pese a su historia: Cárdenas recurrió al truco de consultar a los cinco candidatos presidenciales --Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón en su propio domicilio-- para pedirles su venia y hasta le ofrecieron, dijo él, “amplia colaboración” para cumplir con su encomienda por la que no cobrará un centavo.
No hay ingenuidad de Cárdenas en aceptar el cargo como organizador de los festejos del bicentenario de la Independencia y los cien años de la Revolución, que se cumplirán en el 2010, ni la hay en la designación de Fox. Lo que existe, eso sí, es una convergencia que nada tiene que ver con ambas gestas nacionales.
Se entiende, entonces, por qué Cárdenas guardó un silencio cómplice ante la represión del gobierno federal y el de su hijo en Lázaro Cárdenas, que arrojó dos muertos, y por qué, en general, abdicó del severo escrutinio que solía hacer de la administración de Fox, quien siempre lo ha considerado poco menos que un cero a la izquierda.
Está claro: A los dos políticos no los une el amor, sino el espanto, parafraseando a Jorge Luis Borges. Y más aún, la amargura que da una frustración compartida, además, por un triple protagonista --Marta Sahagún-- que tiene nombre y apellidos: Andrés Manuel López Obrador.
En la Presidencia de la República se sabe que la decisión mayoritaria de los ciudadanos mexicanos no corresponderá a Felipe Calderón, y la pareja --la de Los Pinos, no la otra-- pretende colocarle a López Obrador un contrapeso, en la lógica de que se trata de la “izquierda moderna”, la que hasta los salinistas elogian porque, proclaman, “cómo ha cambiado el ingeniero”.
Cárdenas sabe, salvo que de verdad sea lo que ha dicho Fox que es, que se trata de zalamerías y que, en realidad, está siendo usado para cobrar pendientes que, una vez más, trascienden la mera conmemoración de dos actos libertarios sin los que no se entiende México y a las que sus promotores, en su esencia, han sido contrarios.
Pero si ya de por sí la chamba aceptada por Cárdenas oscurece su trayectoria de tres intentos de ser presidente de la República, y como gobernador de Michoacán y jefe de gobierno capitalino, los propósitos que hoy hizo públicos desenmascaran la entraña de esta insólita convergencia.
Cárdenas propuso establecer “metas sociales y económicas” del Estado mexicano mientras esté él al frente de lo que se denomina “Consejos asesores nacional e internacional de la Comisión Organizadora”, hasta el 31 de diciembre del 2010, metas que no por ser loables dejan de ser ajenas al propósito estrictamente conmemorativo.
La erradicación de la pobreza extrema, las enfermedades curables, el analfabetismo, la desnutrición de los niños, así como la cobertura y calidad de la educación, la vivienda y la infraestructura básica son, en efecto, trascendentes para el desarrollo de México, y aun la discusión abierta para una eventual elaboración de una nueva Constitución “que contribuya para que México y los mexicanos enfrentemos en mejores condiciones y con éxito los retos que ya plantea este Siglo XXI en el cual nos adentramos”.
Tales propósitos son, de suyo, imposibles de no apoyar, pero el “honorífico” cargo que por decisión de Fox tiene Cárdenas no está establecido en el marco legal que la da sustento, salvo que, en efecto, la jugada sea no sólo ser contrapeso de López Obrador, sino catapultarlo como candidato presidencial por cuarta ocasión.
Pero al final de esta maniobra desde la Presidencia de la República --la incompetencia premiando la mezquindad--, la sociedad podrá a cada quién en su lugar. Ya lo está haciendo.
Apuntes:Germán Martínez Cázares, representante del PAN ante el Instituto Federal Electoral (IFE), quiso dar un golpe espectacular para atenuar el impacto rotundo del tráfico de influencias de Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo, el “cuñado incómodo” de Felipe Calderón, y le tomaron el pelo. El historial académico sobre López Obrador, que con tanto denuedo defendió, es falso. Así tuvo que reconocerlo públicamente. Obra de manera distinta Josefina Vázquez Mota, coordinadora general de la campaña del PAN, quien no pierde la sonrisa para mentir o manipular: Falsamente dice que envió una carta a Proceso para desmentir el documento publicado sobre la colusión –eufemísticamente llamada “sinergia”--del gobierno de Fox con Calderón, y también que Germán Dehesa se disculpó, “a nombre de los medios de comunicación”, de las “calumnias” contra el “cuñado incómodo”.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y www.proceso.com.mx
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