Falla ‘La otra campaña’
MARCOS TENÍA EL PROPÓSITO DE CONSTRUIR UN FRENTE ALTERNATIVO DE IZQUIERDA.
Los zapatistas no lograron pesar en el debate político mexicano.
MÉXICO.-El encapuchado subcomandante zapatista Marcos, que emprendió en enero un quijotesco periplo por todo México para reunir un frente alternativo de izquierdas, fracasó en su intento de impactar en la larga campaña electoral.
Desde el inicio de “La Otra Campaña”, Marcos enfi ló todas sus baterías contra la izquierda parlamentaria y su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, para marcar la diferencia.
“La Otra Campaña es un esfuerzo nacional para erigir un muro ante el capitalismo”, explicó Marcos.
Sin embargo, el líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llegó a la capital mexicana a finales de abril, en medio de la indiferencia general. Muy lejos de la gran marcha zapatista de marzo 2001, cuando consiguió reunir a centenares de miles de personas.
Tras una manifestación el 1º de mayo ante la embajada de Estados Unidos, estalló un incidente que lo ayudó momentáneamente a recuperar la atención nacional.
El día 4 de mayo, en un pueblo aledaño a la capital mexicana, San Salvador Atenco, liderado por simpatizantes de los zapatistas, la policía se enfrentó con vendedores ambulantes.
La represión policial causó dos muertos, decenas de heridos, 200 detenciones y numerosas acusaciones de violaciones y de tortura.
Trece policías ingresaron en la cárcel a causa de esos incidentes.
Las escenas de violencia propulsaron al subcomandante Marcos a la palestra informativa. La cadena Televisa le ofreció una hora de antena con uno de sus presentadores estrella, y lo mismo sucedió con CNN en español.
Fue la ocasión ideal para Marcos, un líder que hizo de Internet y de los medios de comunicación de masas sus armas ideales desde 1994.
Con su uniforme y su vieja gorra militar, Marcos hizo gala de nuevo de un discurso radical y muy mediático. El debate electoral es “un monólogo a varias voces” y la política mexicana se puede comparar a “la prostituta más cara del momento, y la más fea”.
Los zapatistas defienden “otra manera de hacer política, desde abajo a la izquierda”, aseguró.
Desde que arrancó la campaña en La Garrucha, un pueblo zapatista en la región montañosa de Chiapas, Marcos no había conseguido llamar de esa manera la atención de la prensa nacional e internacional.
Marcos sigue apostando por “un levantamiento civil y pacífi co” para sacar del poder a los políticos actuales que juzga deshonestos y corruptos, aunque sin exhortar públicamente por una movilización militar.
Marcos estima que el clima de violencia que reina actualmente en México es comparable al de 1992, que condujo a las comunidades indias de Chiapas a optar por el levantamiento armado.
En el verano de 2003, treinta municipalidades de Chiapas se reorganizaron en cinco autodenominadas Juntas de Buen Gobierno.(AFP).
Los zapatistas no lograron pesar en el debate político mexicano.
MÉXICO.-El encapuchado subcomandante zapatista Marcos, que emprendió en enero un quijotesco periplo por todo México para reunir un frente alternativo de izquierdas, fracasó en su intento de impactar en la larga campaña electoral.
Desde el inicio de “La Otra Campaña”, Marcos enfi ló todas sus baterías contra la izquierda parlamentaria y su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, para marcar la diferencia.
“La Otra Campaña es un esfuerzo nacional para erigir un muro ante el capitalismo”, explicó Marcos.
Sin embargo, el líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llegó a la capital mexicana a finales de abril, en medio de la indiferencia general. Muy lejos de la gran marcha zapatista de marzo 2001, cuando consiguió reunir a centenares de miles de personas.
Tras una manifestación el 1º de mayo ante la embajada de Estados Unidos, estalló un incidente que lo ayudó momentáneamente a recuperar la atención nacional.
El día 4 de mayo, en un pueblo aledaño a la capital mexicana, San Salvador Atenco, liderado por simpatizantes de los zapatistas, la policía se enfrentó con vendedores ambulantes.
La represión policial causó dos muertos, decenas de heridos, 200 detenciones y numerosas acusaciones de violaciones y de tortura.
Trece policías ingresaron en la cárcel a causa de esos incidentes.
Las escenas de violencia propulsaron al subcomandante Marcos a la palestra informativa. La cadena Televisa le ofreció una hora de antena con uno de sus presentadores estrella, y lo mismo sucedió con CNN en español.
Fue la ocasión ideal para Marcos, un líder que hizo de Internet y de los medios de comunicación de masas sus armas ideales desde 1994.
Con su uniforme y su vieja gorra militar, Marcos hizo gala de nuevo de un discurso radical y muy mediático. El debate electoral es “un monólogo a varias voces” y la política mexicana se puede comparar a “la prostituta más cara del momento, y la más fea”.
Los zapatistas defienden “otra manera de hacer política, desde abajo a la izquierda”, aseguró.
Desde que arrancó la campaña en La Garrucha, un pueblo zapatista en la región montañosa de Chiapas, Marcos no había conseguido llamar de esa manera la atención de la prensa nacional e internacional.
Marcos sigue apostando por “un levantamiento civil y pacífi co” para sacar del poder a los políticos actuales que juzga deshonestos y corruptos, aunque sin exhortar públicamente por una movilización militar.
Marcos estima que el clima de violencia que reina actualmente en México es comparable al de 1992, que condujo a las comunidades indias de Chiapas a optar por el levantamiento armado.
En el verano de 2003, treinta municipalidades de Chiapas se reorganizaron en cinco autodenominadas Juntas de Buen Gobierno.(AFP).
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