El hijo desobediente
Por Miguel A. Granados Chapa.
No es afortunada la elección del corrido El hijo desobediente como divisa de Felipe Calderón, que se identifica con esa narración cantada al punto de haber bautizado de ese modo el vehículo en que cuando no viaja en avión o en helicóptero, realiza su recorrido electoral y, más todavía, titular con esa expresión sus memorias de campaña.Quizá Calderón apuesta a que pocas personas sean hoy aficionadas, como él, a los corridos y por lo tanto no se recuerde la trama de este en particular.
El protagonista se llama Felipe y es de tal modo rijoso que cuando su padre lo sorprende en plena reyerta, no sólo desoye su pedido de que ya no pelee con ninguno sino que no vacila en mostrarse como parricida en ciernes: “¡Quítese de aquí, mi padre,/ que estoy más bravo que un león,/ no vaya a sacar la espada/ y le atraviese el corazón!”. Es comprensible que ante tan desproporcionada respuesta, el padre maldiga al desobediente y le anuncie que "antes de que salga el sol", la vida le han de quitar.
Fue mucho más generoso el propio padre de este "hijo desobediente" como se ufana de ser el candidato. Don Luis Calderón Vega, un militante sacrificado, de la primera hora, es recordado con frecuencia por su hijo en sus presentaciones biográficas.
Suele mostrarlo como ejemplo del cruzado panista empeñado en la "brega de eternidad". No a menudo, sin embargo, Calderón menciona que su padre murió apartado del PAN. Admirable lección de respeto mutuo la que ofrecieron ambos, el progenitor que se va del partido al que ingresa su vástago, sin pretender ninguno influir en el otro para que corrija el camino y emprendan juntos el que ambos elijan.
Cada quien su decisión. La de don Luis se basó en su decepción por el rumbo que en 1981 había tomado ese partido, que había dejado ser, según explicó tres años después de renunciar a su militancia y cinco antes de morir, "un partido de clases" para convertirse "en un partido de una sola clase, la empresarial". Llegó al extremo de acusar a ciertos activistas empresariales, como Fernando Canales Clariond, que hoy ocupa la Secretaría de Energía de que fue titular su hijo, del "robo de un partido prestigiado".
Se anunció la presencia, ayer, en la presentación de las "notas de campaña" de Calderón, de los ex embajadores que hicieron su trayecto político en partidos distintos del PAN (Cecilia Soto, que fue candidata presidencial del PT) y Ricardo Pascoe (que militó en el PRT, el PRD y fue después candidato de México posible) y por dos miembros de su partido que no le eran próximos, sino al contrario, el líder nacional panista Manuel Espino y su antiguo contendiente Santiago Creel.
Como se recuerda, aun antes de que se enfrentaran abiertamente por la candidatura presidencial había ya ancha zanaja entre el secretario de Gobernación y el líder de la bancada panista, que a menudo deploraba que el presidente Fox careciera de adecuada operación política, que era su forma de menospreciar el papel del titular de Bucareli.Trascendida la etapa de la disputa interna, y contentado Creel con su papel eminente en la lista de candidatos al Senado, el ex favorito parece haberse resuelto a compartir con Calderón parte de su capital político.
Hace dos años, con motivo de una disputa comercial entre productores y distribuidores de gases industriales, se hizo pública una relación de servicios profesionales entre el poderoso grupo Infra, dominante en ese ramo, y el entonces secretario de Gobernación. Quedó la impresión, al menos si se leían actas de sociedad inscritas en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, de que Creel siguió siendo secretario del consejo de administración de Infra todavía hacia la mitad del sexenio que ahora toca a su fin.Sea que Infra tuviera relación también con Calderón, sea que Creel la hubiera aportado, el hecho es que ese consorcio, un gigante en su ramo, ha practicado la nueva forma de proselitismo del PAN, que es el corporativismo empresarial.
Calderón grabó un video en pro de su propia candidatura y con crítica a la de sus adversarios, para ser escuchado en las instalaciones de aquella poderosa empresa. Los accionistas de la misma, y sus directores, poseen el incuestionable derecho a tener su propia filiación política y partidaria, pero es al menos discutible que lo tengan para inducir a sus dependientes a compartirla.
Ayer se conoció otra muestra del nuevo corporativismo panista. Apareció una inserción pagada en que "alumnos, ex alumnos y profesores integrantes de la comunidad de la Escuela Libre de Derecho expresan su solidaridad y simpatía con el candidato a la Presidencia de la República Felipe Calderón Hinojosa, hijo de esta institución, por comprometerse como servidor público, como legislador y como candidato, con los valores democráticos, con la libertad, con la honestidad y con el respeto y la subordinación al derecho y a la justicia, principios que se enseñan en la Escuela Libre de Derecho. Estamos convencidos, como él, que todo cambio debe partir de la educación y de la ley, fundamentos de la convivencia que los mexicanos nos hemos dado, y del progreso y desarrollo social".
Un planteamiento así, de adhesión grupal (prohibida por la ley) a una candidatura, promoverá seguramente la aclaración de los ex alumnos de esa escuela que busquen distanciarse de esa posición.Fue infortunado, en fin, el escogimiento de la figura del hijo desobediente porque el epitafio del corrido podría entenderse como un augurio electoral: Felipe fue desgraciado. 20/06/2006
No es afortunada la elección del corrido El hijo desobediente como divisa de Felipe Calderón, que se identifica con esa narración cantada al punto de haber bautizado de ese modo el vehículo en que cuando no viaja en avión o en helicóptero, realiza su recorrido electoral y, más todavía, titular con esa expresión sus memorias de campaña.Quizá Calderón apuesta a que pocas personas sean hoy aficionadas, como él, a los corridos y por lo tanto no se recuerde la trama de este en particular.
El protagonista se llama Felipe y es de tal modo rijoso que cuando su padre lo sorprende en plena reyerta, no sólo desoye su pedido de que ya no pelee con ninguno sino que no vacila en mostrarse como parricida en ciernes: “¡Quítese de aquí, mi padre,/ que estoy más bravo que un león,/ no vaya a sacar la espada/ y le atraviese el corazón!”. Es comprensible que ante tan desproporcionada respuesta, el padre maldiga al desobediente y le anuncie que "antes de que salga el sol", la vida le han de quitar.
Fue mucho más generoso el propio padre de este "hijo desobediente" como se ufana de ser el candidato. Don Luis Calderón Vega, un militante sacrificado, de la primera hora, es recordado con frecuencia por su hijo en sus presentaciones biográficas.
Suele mostrarlo como ejemplo del cruzado panista empeñado en la "brega de eternidad". No a menudo, sin embargo, Calderón menciona que su padre murió apartado del PAN. Admirable lección de respeto mutuo la que ofrecieron ambos, el progenitor que se va del partido al que ingresa su vástago, sin pretender ninguno influir en el otro para que corrija el camino y emprendan juntos el que ambos elijan.
Cada quien su decisión. La de don Luis se basó en su decepción por el rumbo que en 1981 había tomado ese partido, que había dejado ser, según explicó tres años después de renunciar a su militancia y cinco antes de morir, "un partido de clases" para convertirse "en un partido de una sola clase, la empresarial". Llegó al extremo de acusar a ciertos activistas empresariales, como Fernando Canales Clariond, que hoy ocupa la Secretaría de Energía de que fue titular su hijo, del "robo de un partido prestigiado".
Se anunció la presencia, ayer, en la presentación de las "notas de campaña" de Calderón, de los ex embajadores que hicieron su trayecto político en partidos distintos del PAN (Cecilia Soto, que fue candidata presidencial del PT) y Ricardo Pascoe (que militó en el PRT, el PRD y fue después candidato de México posible) y por dos miembros de su partido que no le eran próximos, sino al contrario, el líder nacional panista Manuel Espino y su antiguo contendiente Santiago Creel.
Como se recuerda, aun antes de que se enfrentaran abiertamente por la candidatura presidencial había ya ancha zanaja entre el secretario de Gobernación y el líder de la bancada panista, que a menudo deploraba que el presidente Fox careciera de adecuada operación política, que era su forma de menospreciar el papel del titular de Bucareli.Trascendida la etapa de la disputa interna, y contentado Creel con su papel eminente en la lista de candidatos al Senado, el ex favorito parece haberse resuelto a compartir con Calderón parte de su capital político.
Hace dos años, con motivo de una disputa comercial entre productores y distribuidores de gases industriales, se hizo pública una relación de servicios profesionales entre el poderoso grupo Infra, dominante en ese ramo, y el entonces secretario de Gobernación. Quedó la impresión, al menos si se leían actas de sociedad inscritas en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, de que Creel siguió siendo secretario del consejo de administración de Infra todavía hacia la mitad del sexenio que ahora toca a su fin.Sea que Infra tuviera relación también con Calderón, sea que Creel la hubiera aportado, el hecho es que ese consorcio, un gigante en su ramo, ha practicado la nueva forma de proselitismo del PAN, que es el corporativismo empresarial.
Calderón grabó un video en pro de su propia candidatura y con crítica a la de sus adversarios, para ser escuchado en las instalaciones de aquella poderosa empresa. Los accionistas de la misma, y sus directores, poseen el incuestionable derecho a tener su propia filiación política y partidaria, pero es al menos discutible que lo tengan para inducir a sus dependientes a compartirla.
Ayer se conoció otra muestra del nuevo corporativismo panista. Apareció una inserción pagada en que "alumnos, ex alumnos y profesores integrantes de la comunidad de la Escuela Libre de Derecho expresan su solidaridad y simpatía con el candidato a la Presidencia de la República Felipe Calderón Hinojosa, hijo de esta institución, por comprometerse como servidor público, como legislador y como candidato, con los valores democráticos, con la libertad, con la honestidad y con el respeto y la subordinación al derecho y a la justicia, principios que se enseñan en la Escuela Libre de Derecho. Estamos convencidos, como él, que todo cambio debe partir de la educación y de la ley, fundamentos de la convivencia que los mexicanos nos hemos dado, y del progreso y desarrollo social".
Un planteamiento así, de adhesión grupal (prohibida por la ley) a una candidatura, promoverá seguramente la aclaración de los ex alumnos de esa escuela que busquen distanciarse de esa posición.Fue infortunado, en fin, el escogimiento de la figura del hijo desobediente porque el epitafio del corrido podría entenderse como un augurio electoral: Felipe fue desgraciado. 20/06/2006
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