Dicen que en EE.UU. se guarda silencio
En un artículo, un economista apoya las quejas del PRD
En un artículo publicado en el diario británico “The Guardian”, el economista James K. Galbraith critica a algunos medios de comunicación y políticos estadounidenses que no han hecho eco a las denuncias del PRD de que en Mexico hubo fraude en la elección presidencial del pasado día 2.
Hace dos años, en las elecciones presidenciales en Ucrania, Estados Unidos siguió muy de cerca el proceso e incluso tuvo una reacción encolerizada por lo que parecía un fraude electoral, dice.
Sin embargo, en el caso de México, apunta Galbraith, a dos semanas de la elección para presidente, los paladines de la democracia en Estados Unidos no han dicho nada sobre esos comicios, pese a la denuncia de fraude que presentó el perredista Andrés Manuel López Obrador.
En opinión del economista, en México es muy fácil demostrar que se cometió fraude. Eso se debe a que la máxima autoridad en materia electoral en México, el IFE, comenzó a colocar los primeros recuentos en su página en internet en tiempo real, un programa conocido como PREP. Analistas independientes siguieron muy de cerca lo que ocurría con el PREP al avanzar la noche, señala Galbraith.
Hasta ahora, prosigue, la evidencia reunida por el candidato del PRD va de la mano con las siguientes posibilidades: “1. Que Felipe Calderón comenzó la noche con una ventaja en el total de votos, un regalo de las autoridades.
“2. Que al mismo tiempo que avanzaba el recuento, esta ventaja se mantuvo al no reportarse como debía de ser los resultados actuales. Esto permitió a Calderón asegurar que mantuvo la delantera en todo el proceso, un argumento muy repetido pero falso, porque sólo importa el conteo final.
“3. Que al acercarse el final del conteo, se hicieron más ajustes para apoyar la aparente victoria de Calderón”.
Combine estos elementos y verá que no hay ninguna razón para aceptar el punto de vista universal de que la elección fue muy cerrada, indica. López Obrador debió ganar por más de un kilómetro, puntualiza el economista.
Es el momento de avanzar, porque los números indican otra cosa. La posibilidad de un fraude da lugar a una nueva fase en la lucha de López Obrador, concluye el economista.— Jorge Enriquez E.
En un artículo publicado en el diario británico “The Guardian”, el economista James K. Galbraith critica a algunos medios de comunicación y políticos estadounidenses que no han hecho eco a las denuncias del PRD de que en Mexico hubo fraude en la elección presidencial del pasado día 2.
Hace dos años, en las elecciones presidenciales en Ucrania, Estados Unidos siguió muy de cerca el proceso e incluso tuvo una reacción encolerizada por lo que parecía un fraude electoral, dice.
Sin embargo, en el caso de México, apunta Galbraith, a dos semanas de la elección para presidente, los paladines de la democracia en Estados Unidos no han dicho nada sobre esos comicios, pese a la denuncia de fraude que presentó el perredista Andrés Manuel López Obrador.
En opinión del economista, en México es muy fácil demostrar que se cometió fraude. Eso se debe a que la máxima autoridad en materia electoral en México, el IFE, comenzó a colocar los primeros recuentos en su página en internet en tiempo real, un programa conocido como PREP. Analistas independientes siguieron muy de cerca lo que ocurría con el PREP al avanzar la noche, señala Galbraith.
Hasta ahora, prosigue, la evidencia reunida por el candidato del PRD va de la mano con las siguientes posibilidades: “1. Que Felipe Calderón comenzó la noche con una ventaja en el total de votos, un regalo de las autoridades.
“2. Que al mismo tiempo que avanzaba el recuento, esta ventaja se mantuvo al no reportarse como debía de ser los resultados actuales. Esto permitió a Calderón asegurar que mantuvo la delantera en todo el proceso, un argumento muy repetido pero falso, porque sólo importa el conteo final.
“3. Que al acercarse el final del conteo, se hicieron más ajustes para apoyar la aparente victoria de Calderón”.
Combine estos elementos y verá que no hay ninguna razón para aceptar el punto de vista universal de que la elección fue muy cerrada, indica. López Obrador debió ganar por más de un kilómetro, puntualiza el economista.
Es el momento de avanzar, porque los números indican otra cosa. La posibilidad de un fraude da lugar a una nueva fase en la lucha de López Obrador, concluye el economista.— Jorge Enriquez E.
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