Horticultura electoral
Astillero
Julio Hernández López
Apariencias victorianas ¿Provocaciones, censura? Trucha (cibernética) en la leche
Felipe Calderón podría ser acusado de usurpación de funciones, pues en actos como el realizado este martes en el Club de Periodistas se ha ostentado gráficamente como "presidente de México 2006-2012". Tan sabidamente no lo es que uno de sus germánicos voceros, el diputado Germán Martínez, se ha acogido chambonamente a la condición de "candidato" del citado Calderón para justificar que el Estado mexicano le mantenga (redoblada) protección militar: "... el proceso electoral está vigente, y todos los gastos y las operaciones de seguridad para cualquiera de los candidatos tiene cobertura legal".
Un proceso electoral "vigente", con recursos por resolver, debería ser respetado escrupulosamente por quien se dice garante de leyes y ética, pues de otra manera sus tempranas pretensiones de formalidad ejecutiva parecerían atisbos hortícolamente victorianos (es decir, que presumen victoria en la huerta cuando aún el gallo judicial no ha cantado su sentencia). Pero quienes acompañaban al PREsunto PREsidente PREP en ese escenario de posible usurpación de funciones no tenían las mejores calificaciones en cuanto a honestidad y respeto a la legalidad: uno de los refuerzos del calderonismo es ni más ni menos que el porro Víctor Flores, quien se ha enriquecido de manera obscena aprovechando la privatización ferroviaria mexicana y que tiene en su contra varias demandas judiciales por corrupción, amenazas y otros detalles punibles. Ese mismo día, por la mañana, reunido con dirigentes de la Alianza Sindical Mexicana (fomentada por el foxismo), uno de los oradores le dijo que le hablaría "de tú" porque aún no era presidente, además de enviarle un mensaje de conmiseración política al decirle al blanquiazul que podría "doblegarse, pero no quebrarse" (nota de Claudia Herrera en La Jornada).
Nada fue doblado ni quebrado ese martes cuando un reducido grupo de personas protestó airadamente ante la camioneta en que el presunto usurpador de funciones (¿teatrales?) salía de su reunión con la crema y nata de la leche sindical echada a perder. Gritos, gestos y golpes a mano abierta al vehículo fue el saldo real del incidente (en las notas de prensa se consigna, como máximo agravio, "una patada" a la camioneta), pero política y mediáticamente ese incidente menor sirvió a la perfección al calderonismo en jaque para colgarse de otro error discursivo de López Obrador (el haber tocado el tema familiar al pedirle el domingo en el Zócalo a Calderón que pensara en su gente cercana a la hora de aceptar ilegitimidades). Aun cuando el autor de estas líneas no tiene datos que le permitan hablar de un acto montado de provocación, un alto número de lectores le han hecho saber mediante cartas electrónicas que les parece peculiar la actitud de los miembros del Estado Mayor Presidencial, que no mostraron capacidad para detectar el riesgo, así fuera menor, al que se enfrentaría el candidato-"presidente", o para frenar o desviar (sin exceso de fuerza, mediante simples movimientos corporales incruentos) la manifestación de protesta llevada al límite fotografiable del cristal del asiento automovilístico calderónico. Muchos lectores resumen el hecho así: un millón de personas en el Zócalo no tuvo la atención de los medios que un incidente de siete personas en una calle de la ciudad de México.
En otra avenida, la Juárez, manos desconocidas dañaron más de 40 de los carteles que con demandas de conteo voto por voto o de denuncia del fraude electoral se mantenían allí en exhibición. El episodio hace recordar de inmediato las acciones de censura que repetidamente ha practicado el panismo llegado al poder, y la derecha en general, contra todo aquello que con inteligencia, cultura y buen humor ofrezca visiones de la realidad distintas a las que el conservadurismo pretende imponer. El ataque sombrío contra esos carteles fue una noticia contrastante con el acto abierto de resistencia civil que ayer encabezaron Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez en la sede de Banamex, el orgullo de la elusión fiscal de este sexenio a cargo de Roberto Hernández, financiero de campañas electorales de derecha.
Mientras tanto, James K. Galbraith (hijo de John, el gran economista), profesor de la Universidad de Texas en Austin, autor de varios libros, ha publicado un artículo denominado "Haciendo matemáticas en México", en el que retoma información de Roberto González Amador, de La Jornada, y del físico Luis Mochán (de la que se ha dado cuenta en esta columna), respecto al fraude informático que se habría practicado el pasado día 2. Comparando lo sucedido en Ucrania años atrás (donde el aparato estadunidense se volcó a denunciar un fraude electoral), Galbraith destaca el silencio de las buenas conciencias democráticas de ese país frente a lo que pasa con el vecino, aun cuando en Ucrania fue extremadamente difícil precisar las evidencias de ese fraude, mientras en México, gracias al conteo internético en tiempo real llamado PREP, se pudieron realizar estudios estadísticos que, sin ser una prueba formal, equivaldrían a una evidencia de circunstancias tan poderosa como (recordando palabras de Henry David Thoreau, un escritor, filósofo y naturalista estadunidense del siglo XIX) encontrar una trucha en la leche. El trabajo de Mochán, añadió Galbraith (texto disponible en www.commondreams.org, o en el blog de comentarios del diario británico The Guardian, http://commentisfree.guardian.co.uk), posiblemente inaugure una nueva era de vigilancia en tiempo real de fraude electoral: la edad de la transparencia en colisión con una oligarquía de pillos.
Astillas:
Invitado por estudiantes de filosofía y letras (que lo sobornaron con la promesa de unas ricas tortas ahogadas), mañana, a las 17 horas, este tecleador hablará en el auditorio Silvano Barba del Centro Universitario de Ciencias y Humanidades (Alcalde y Maestros) de la Universidad de Guadalajara. El parloteo astillado tendrá como honroso contrapunto la palabra docta y respetada del maestro Fernando del Paso... Y, mientras la doctora Josefina Mena Abraham (gtasc2004@yahoo.com.mx) sigue organizando, para el próximo miércoles, una conferencia pública para exhibir las pruebas cibernéticas y estadísticas del fraude, ¡hasta mañana, mientras el diario español El País sigue emitiendo editoriales intervencionistas pero, sobre todo, ignorantes de las leyes mexicanas!
Fax: 5605-2099 juliohdz@jornada.com.mx www.juliohernandez.com.mx
Julio Hernández López
Apariencias victorianas ¿Provocaciones, censura? Trucha (cibernética) en la leche
Felipe Calderón podría ser acusado de usurpación de funciones, pues en actos como el realizado este martes en el Club de Periodistas se ha ostentado gráficamente como "presidente de México 2006-2012". Tan sabidamente no lo es que uno de sus germánicos voceros, el diputado Germán Martínez, se ha acogido chambonamente a la condición de "candidato" del citado Calderón para justificar que el Estado mexicano le mantenga (redoblada) protección militar: "... el proceso electoral está vigente, y todos los gastos y las operaciones de seguridad para cualquiera de los candidatos tiene cobertura legal".
Un proceso electoral "vigente", con recursos por resolver, debería ser respetado escrupulosamente por quien se dice garante de leyes y ética, pues de otra manera sus tempranas pretensiones de formalidad ejecutiva parecerían atisbos hortícolamente victorianos (es decir, que presumen victoria en la huerta cuando aún el gallo judicial no ha cantado su sentencia). Pero quienes acompañaban al PREsunto PREsidente PREP en ese escenario de posible usurpación de funciones no tenían las mejores calificaciones en cuanto a honestidad y respeto a la legalidad: uno de los refuerzos del calderonismo es ni más ni menos que el porro Víctor Flores, quien se ha enriquecido de manera obscena aprovechando la privatización ferroviaria mexicana y que tiene en su contra varias demandas judiciales por corrupción, amenazas y otros detalles punibles. Ese mismo día, por la mañana, reunido con dirigentes de la Alianza Sindical Mexicana (fomentada por el foxismo), uno de los oradores le dijo que le hablaría "de tú" porque aún no era presidente, además de enviarle un mensaje de conmiseración política al decirle al blanquiazul que podría "doblegarse, pero no quebrarse" (nota de Claudia Herrera en La Jornada).
Nada fue doblado ni quebrado ese martes cuando un reducido grupo de personas protestó airadamente ante la camioneta en que el presunto usurpador de funciones (¿teatrales?) salía de su reunión con la crema y nata de la leche sindical echada a perder. Gritos, gestos y golpes a mano abierta al vehículo fue el saldo real del incidente (en las notas de prensa se consigna, como máximo agravio, "una patada" a la camioneta), pero política y mediáticamente ese incidente menor sirvió a la perfección al calderonismo en jaque para colgarse de otro error discursivo de López Obrador (el haber tocado el tema familiar al pedirle el domingo en el Zócalo a Calderón que pensara en su gente cercana a la hora de aceptar ilegitimidades). Aun cuando el autor de estas líneas no tiene datos que le permitan hablar de un acto montado de provocación, un alto número de lectores le han hecho saber mediante cartas electrónicas que les parece peculiar la actitud de los miembros del Estado Mayor Presidencial, que no mostraron capacidad para detectar el riesgo, así fuera menor, al que se enfrentaría el candidato-"presidente", o para frenar o desviar (sin exceso de fuerza, mediante simples movimientos corporales incruentos) la manifestación de protesta llevada al límite fotografiable del cristal del asiento automovilístico calderónico. Muchos lectores resumen el hecho así: un millón de personas en el Zócalo no tuvo la atención de los medios que un incidente de siete personas en una calle de la ciudad de México.
En otra avenida, la Juárez, manos desconocidas dañaron más de 40 de los carteles que con demandas de conteo voto por voto o de denuncia del fraude electoral se mantenían allí en exhibición. El episodio hace recordar de inmediato las acciones de censura que repetidamente ha practicado el panismo llegado al poder, y la derecha en general, contra todo aquello que con inteligencia, cultura y buen humor ofrezca visiones de la realidad distintas a las que el conservadurismo pretende imponer. El ataque sombrío contra esos carteles fue una noticia contrastante con el acto abierto de resistencia civil que ayer encabezaron Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez en la sede de Banamex, el orgullo de la elusión fiscal de este sexenio a cargo de Roberto Hernández, financiero de campañas electorales de derecha.
Mientras tanto, James K. Galbraith (hijo de John, el gran economista), profesor de la Universidad de Texas en Austin, autor de varios libros, ha publicado un artículo denominado "Haciendo matemáticas en México", en el que retoma información de Roberto González Amador, de La Jornada, y del físico Luis Mochán (de la que se ha dado cuenta en esta columna), respecto al fraude informático que se habría practicado el pasado día 2. Comparando lo sucedido en Ucrania años atrás (donde el aparato estadunidense se volcó a denunciar un fraude electoral), Galbraith destaca el silencio de las buenas conciencias democráticas de ese país frente a lo que pasa con el vecino, aun cuando en Ucrania fue extremadamente difícil precisar las evidencias de ese fraude, mientras en México, gracias al conteo internético en tiempo real llamado PREP, se pudieron realizar estudios estadísticos que, sin ser una prueba formal, equivaldrían a una evidencia de circunstancias tan poderosa como (recordando palabras de Henry David Thoreau, un escritor, filósofo y naturalista estadunidense del siglo XIX) encontrar una trucha en la leche. El trabajo de Mochán, añadió Galbraith (texto disponible en www.commondreams.org, o en el blog de comentarios del diario británico The Guardian, http://commentisfree.guardian.co.uk), posiblemente inaugure una nueva era de vigilancia en tiempo real de fraude electoral: la edad de la transparencia en colisión con una oligarquía de pillos.
Astillas:
Invitado por estudiantes de filosofía y letras (que lo sobornaron con la promesa de unas ricas tortas ahogadas), mañana, a las 17 horas, este tecleador hablará en el auditorio Silvano Barba del Centro Universitario de Ciencias y Humanidades (Alcalde y Maestros) de la Universidad de Guadalajara. El parloteo astillado tendrá como honroso contrapunto la palabra docta y respetada del maestro Fernando del Paso... Y, mientras la doctora Josefina Mena Abraham (gtasc2004@yahoo.com.mx) sigue organizando, para el próximo miércoles, una conferencia pública para exhibir las pruebas cibernéticas y estadísticas del fraude, ¡hasta mañana, mientras el diario español El País sigue emitiendo editoriales intervencionistas pero, sobre todo, ignorantes de las leyes mexicanas!
Fax: 5605-2099 juliohdz@jornada.com.mx www.juliohernandez.com.mx
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