julio 10, 1990

México: Vibró el Zócalo

MEXICO (AP) _ Entre el fervor y la furia, entre el clamor y el dolor, cientos de miles de simpatizantes del candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, se dieron cita el domingo en el Zócalo.

En el marco de las que han sido las elecciones presidenciales más cerradas en la historia de política de México, el Zócalo se vistió de amarillo y de cánticos en contra del Partido Acción Nacional, el Instituto Federal Electoral, el presidente Vicente Fox y el sistema, sin faltar el siempre presente lema de "el pueblo unido jamás será vencido".

Alejandra Rodríguez, quien vino de Satélite, en los suburbios de la capital, dijo esperar que la gente escuche el llamado a hacer las cosas pacíficamente que, dijo, hizo López Obrador. "El básicamente hizo un llamado a no provocar, a ser pacíficos y a no bloquear vías principales el miércoles cuando inicie la marcha de los 300 distritos del país", anotó Hernández.







Rosa María García interrumpió y dijo: "Hay que salir a expresar y a defender el voto".

Incluso Héctor Vásquez, conocido como "la estatua viviente" porque atrae la atención de los turistas en la plaza quedándose inmóvil vistiendo coloridos disfraces, declaró su apoyo: "Si no estuviera trabajando, estaría caminando con ellos. La gente tiene derecho protestar pero esa idea de 'voto por voto' no creo que sea factible ... Lo que la gente no entiende es que sí tenemos democracia, pero es una democracia para la minoría", concluyó.

Otros lanzaron duras críticas a los medios de comunicación. Mario Domínguez, un comerciante, tomó un megáfono para decirle a los concurrentes que lo que quiere la televisión es "que haya sangre, pero los que recurren a la violencia son los grupos pequeños", indicó.

Algunos manifestantes se congregaron alrededor de los vehículos de TV Azteca, los pintaron con graffito y los taparon con carteles del PRD. Desde arriba, desde el último piso del lujoso restaurante del hotel Ciudad de México, le tiraban hielo a los de abajo.

Antonio Lizalde, quien dijo haber sido trabajador electoral en Acapulco dijo, "El IFE perdió toda la credibilidad. Desvirtuó las elecciones ... De las 130.000 casillas en los 300 distritos, vamos a impugnar todas las que se puedan. Entonces veremos, voto por voto quién ganó", advirtió.

"En Estados Unidos hubo una elección decidida por la Corte Suprema de Justicia de ese país y nadie se adelantó y llamó a felicitar a ninguno de los dos candidatos", señaló Lizalde en referencia al presidente de España José Luis Rodríguez Zapatero y al de Estados Unidos, George W. Bush, quienes han reconocido a Felipe Calderón como presidente electo.

Carmelo Ramírez Reyes, que vino de Nezahualcóyotl, llegó a las 3 y media de la tarde y dijo levantando su dedo índice, "recuerden que el PAN no es mayoría. ... Recuerden que es el representante de la minoría rica, todavía no es el presidente".

En el piso, en medio de restos de basura y carteles de campaña, comida y botellas de agua, alguien escribió en letras grandes: Fraude.